miércoles, 19 de diciembre de 2007

NELSON BAYARDO CONTESTA A CARLOS PERROTA Y JESÚS REY

Primera carta - TIEMPO DE TANGO Nº 7 - julio-septiembre de 1998
Cali - Colombia
Nelson Bayardo nos escribe desde Montevideo

"En Buenos Aires se han tomado excesivamente en serio el carácter de redentor que se le otorga a la circunstancia de ser "madre" lo cual no implica desconocer las virtudes de la maternidad— y que aparentemente redime de cualquier pecado, situación que la realidad no confirma. Pero allí la filosofía tanguera ha hecho estragos y sólo ha faltado que digan que doña Berthe ‘quebraba su espinazo al pie del piletón’ o ‘que lavaba la ropa todas las semanas/ pa’ poder parar la olla con pobreza franciscana’, etc. Lamentablemente, el juicio de la Historia no ha sido benévolo para esta señora.

Aprovechando el envío de ésta, les adjunto dos ejemplares:

a) Gardel en la Cumbre, que les recomiendo lean primero, pues no les lleva más de media hora;
b) Primer Abecedario Gardeliano, donde tendrán seguramente todas las respuestas a lo que se pueda esgrimir a favor de la tesis francesista, y no ‘francesa’, pues en Francia, y en particular en Toulouse, no tienen la más pálida idea de quién era Gardel. Preguntar allí quiénes eran Barbieri o Riverol, o que significa "rechiflao" o "papirusa" es igual que solicitarme a mi que traduzca un tango al griego antiguo".

Segunda carta - TIEMPO DE TANGO Nº 7 - Julio-Septiembre de 1998
Cali - Colombia

El Dr. Carlos Perrotta, abogado, y el Sr. Jesús Jorge Rey, historiador del tango, ambos fervientes gardelianos, nos escriben desde Buenos Aires la siguiente carta, relativa a la polémica entre francesistas y uruguayistas a propósito del lugar de nacimiento de Carlos Gardel:

"Habiendo tenido oportunidad de leer el Nº 6 de su boletín Tiempo de Tango, nos dirigimos a Uds. a efectos de remitirles en fotocopia el artículo que nos publicara la revista Tango y Lunfardo del 16 de octubre de 1997, reproducción de otro aparecido en el Nº 3 de Recuerdos, ambas publicaciones de nuestro país. Asimismo, les acompañamos copias de las actas de apoyo a nuestra pretensión de que se realice una pericia caligráfica sobre el testamento de Carlos Gardel, emanadas de la Academia Porteña del Lunfardo, la Academia Nacional del Tango, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) y de la Embajada de Francia en la República Argentina.
Es nuestra intención lograr también el apoyo de Uds. para el logro de la pericia de referencia, al igual que el de otras muchas entidades tangueras nacionales e internacionales a las que se lo hemos venido solicitando.

Notorios historiadores y estudiosos del tango como Gaspar Astarita, José Gobello, Natalio Etchegaray, Héctor Negro, Ben Molar, Miguel Ángel Morena, Roberto Selles, Bruno Cespi, Oscar D’Angelo, Vicente Osvaldo Cutolo, Raúl F. Lafuente, Juan Carlos Oliveri, Mario Sejas, Eva Franco, Carlos Fuente, Juan Pedro Cendoya y Héctor F. Rebasti, entre otros, ya nos dieron también su adhesión.

Tal como destacamos en los artículos remitidos, la única forma de poner en duda la autenticidad del testamento del Genio, es la realización de una pericia mediante cotejo con documentos indubitables (escrituras, contratos, cuentas bancarias, etc.).
El arquitecto Nelson Bayardo, por su parte, contestó a nuestro pedido oponiéndose a la realización de cualquier pericia, alegando que el mundo está muy corrompido y que no se puede confiar en ningún idóneo calígrafo. Añadió que, por lo demás, "el testamento podía ser auténtico pero no veraz".
Le respondimos que tanto en Argentina como en Uruguay, como en cualquier país de la Tierra, existen peritos de la suficiente calidad profesional y moral como para que no se pueda dudar de su proceder.
Asimismo, le hicimos notar que de ser veraz el testamento, las conclusiones no serían nada halagüeñas para quienes sostienen el origen uruguayo del cantor.
No es concebible que si Gardel odiaba a Doña Berta, la nombrara heredera universal, máxime si no era su madre.

El suscripto, Dr. Perrotta, lleva treinta y tres años de profesión como abogado y nunca supo de nadie que mintiera en su testamento.
Además, todos sabemos lo que Gardel quería al Uruguay, por lo que resulta inadmisible sospechar siquiera que pudiera haber renegado de su origen, si de verdad hubiera nacido en
Tacuarembó.

Estamos seguros de que toda duda se va a despejar con las pericias que pedimos y confiamos plenamente en los idóneos de cualquier nacionalidad que quieran participar de los análisis caligráficos, por lo que nos permitimos sugerirles nos proporcionen los datos de las personas que quieran proponer para la tarea.
Como penúltima aclaración, queremos señalarles que ni el licenciado Ostuni, ni el arquitecto Bayardo, son entendidos en leyes, por lo que sus opiniones sobre lo que es una nulidad, ya sea absoluta o relativa, o la diferencia entre un acto nulo y un acto anulable, o lo que significa el término "interés legítimo", carecen absolutamente de fundamento.

Para finalizar, les hacemos llegar estos interrogantes a la espera de alguna respuesta valedera:
1. El Charles R. Gardes, nacido en Francia, conforme lo acredita un instrumento público indubitable, ¿cual es su partida de defunción y dónde está? ¿vive? ¿murió? ¿desapareció? y en este caso, ¿cómo, cuándo y dónde?
2. ¿Por qué nadie dice que
el testamento fue declarado válido hace 63 años, tanto por la Justicia Argentina como por la Justicia Uruguaya?3. ¿Por qué nadie de los que sostienen el origen uruguayo ha pedido jamás la pericia caligráfica del testamento?4. ¿Por qué tampoco han pedido un estudio antropológico de las fotografías que utilizan para sostener la "teoría de los dos Gardeles", hecho por quien tenga autoridad sobre la materia (nosotros lo hicimos)?
(*)5. ¿Por qué ocultan diarios y publicaciones donde en 1913 el cantor figura como Carlos Gardes?; y
6. ¿Por qué evitan enfrentar a personas que aún viven y conocieron personalmente al Mago, como Bonano o la citada Eva Franco, a quienes aquél llevó personalmente a conocer su casa natal?"

(*) Al margen de que las opiniones expresadas por los Sres Perrota y Rey en las preguntas son discutibles, la afirmación que hacen en la pregunta Nº 4 es FALSA. No se conoce ningún estudio antropológico comparando las fotografías infantiles de Carlos Gardel con la del niño del llamado "retrato oval", solicitado por investigadores francesistas.


Quienes sí los realizaron fueron el comisario Sr Juan b. Gaffuri y el licenciado Horacio Solla. Ambos determinaron que se trataba de personas diferentes. Ver ampliación de la información al final de esta nota.


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Respuesta de NELSON BAYARDO
CARLOS GARDEL Y LAS COSAS DEL FÚTBOL


"El Dr. Carlos Perrotta me alude en carta a Tiempo de Tango Nº 7 y quiero creer que involuntariamente caricaturiza mi opinión haciéndome decir "que no se puede confiar en ningún idóneo calígrafo", algo que de ser real implicaría hondo agravio a los mismos. Por lo visto, el Dr. Perrotta no logró entender cuando le aclaré en carta personal de enero de este año, que "esquematizaba mi pensamiento" al pensar que fuera yo capaz de semejante enormidad.
Vivimos momentos de honda corrupción: Brasil, México, Venezuela, Ecuador, Perú, han destituido, encarcelado, provocado fugas, etc., no ya de ciudadanos comunes, sino de Primeros Mandatarios acusados de venalidad; en Italia, dos mil y pico de funcionarios están entre rejas, e igual situación viven dos ex presidentes de Corea del Sur, y no son idóneos calígrafos. La gravedad del problema motivó que el Sumo Pontífice dedicara su mensaje de fin de 1997 a reclamar el cese de la corrupción: no se trata de que yo esté viendo fantasmas; leo los diarios y las noticias de todo el mundo. Sólo eso.
Mientras el tema del origen uruguayo de Gardel quedó limitado al pequeño territorio local, la técnica usada muy conocida— fue la del silencio, y duró más de 50 años. Pero bastó que en los Congresos mundiales Gardelianos la tesis tomara dimensión universal y aceptación casi unánime, y que nada menos que el vicepresidente de la Academia Nacional del Tango, de Buenos Aires, don Ricardo A. Ostuni, hiciera polvo en su libro Repatriación de Gardel la tesis francesista, para que tan tardíamente nazca esta preocupación por "pericias" o "ADN", justo en esta época en que a "la moral la dan por moneditas" y hasta se pone en la picota pública la conducta de "altos magistrados".

Si Armando Defino, en grosera violación de los estatutos de SADAIC (que admitió en su propio libro), vendió los derechos autorales de Gardel "por algo menos de un plato de lentejas" (textual) según feliz expresión de la célebre literata argentina
Olga Orozco, culminando toda la maniobra de la "operación-testamento" ¿por qué no imaginar que pueda venderse la nacionalidad de Gardel al mejor postor?

¿Acaso en Toulouse el propio Alcalde, en cuya alcaldía está registrada el Acta de Nacimiento 2481 de Charles Romuald Gardès según la cual éste nació en el Hospital La Grave, no colocó pese a ello una ‘placa’ en la que se dice que nació en la casa de Canon d’Arcole, donde "casualmente" disputaban su posesión dos grupos de compatriotas del Dr. Perrotta (Cf. La Maga, Buenos Aires, junio de 1995) para su explotación comercial?

Si este falseamiento de la verdad histórica por el mero hecho de que un hospital no es lugar apropiado para captar turismo tiene lugar en Francia para homenajear a quien según ellos era un traidor a la patria y falsificador de su identidad tal es la base de la tesis francesista ¿cómo imaginar que el sentido ético puede comandar operaciones relativas "pericias" o "ADN"?
¿Alguien duda que sólo por vía de la casualidad los peces grandes no se devorarán a los chicos?

Al Dr. Perrotta ya le expresé en carta personal, y lamento tener que hacerlo ahora en público, mi impresión de que "había llegado muy tarde a este tema" y que sus apreciaciones (también las preguntas que formuló en Tiempo de Tango Nº 7) denotan que "intenta controvertir un tema que desconoce". Y que
NO ES UN TEMA "JURÍDICO" SINO FUNDAMENTALMENTE "HISTÓRICO".
Y una historia, que ya no tiene retroceso por una razón muy simple: se han encargado de enterrarla sus propios defensores, llámense Berthe Gardes, Esteban-Capot, Armando Defino, Francisco García Jiménez, etc. En mi trabajo “Documentos para la historia”, bastó publicar facsímiles de sus publicaciones para que todo quedara al desnudo. Pero vayamos a sus preguntas:

1) Las actas de nacimiento de Toulouse dejan a su izquierda un espacio en blanco para anotar observaciones, incluyendo defunciones. Según informó la Academia Nacional del Tango de Bruselas en 1995, el Acta 2481 de Charles Romuald Gardes no tiene tal inscripción, o sea, que no lo identifica con Gardel.

¿Qué pasó con Charles Romuald? Pueden suponerse tres situaciones: o bien, tomó el apellido de la famosa ‘mamá Rosa’ a quien lo dio a cuidar doña Berthe, o bien fue uno de los tantos soldados desconocidos de la guerra de 1914, o finalmente, y es lo más posible, fue uno de los tantos "desaparecidos" que aún hoy, en plena era informativa, con pantallas de TV que informan al detalle sobre gente que desaparece, siguen sin ser encontradas. El 4 de diciembre de 1997 el Ministerio del Interior informó sobre 1019 jóvenes desaparecidos sin dejar huella. Los programas Gente que busca gente (Buenos Aires) y ¿Quién sabe dónde? (Madrid) se dedican exclusivamente a esa tarea de hallar desaparecidos, y son más los fracasos que los éxitos.
La propia Berthe Gardes (Cf.
La Canción Moderna, junio 6 de 1956) narró que Gardel desapareció a los 14 años de Buenos Aires rumbo a Montevideo, y durante 6 largos años "se le creyó muerto" (textual); cuando volvió no lo hizo a su hogar sino que fue encontrado en un cafetín. Y el 30 de enero de 1913 ella misma denunció a la Policía argentina la desaparición de "su hijo Carlos Gardes" (fuera éste Charles o Carlitos), lo que demuestra que esta señora era proclive a que le desaparecieran hijos o niños a su cargo. ¿Es esto tan extraño? Si hay algo obvio es que el operativo-testamento no hubiera sido siquiera puesto en marcha, si no hubiera habido la total certeza de que Charles Romuald no podía ser localizado, máxime tratándose de un niño dejado en otras manos como declaró la propia Gardes o como narró Francisco Gismano (Cf. El Día, La Plata 25 de mayo de 1935) en el conocido episodio de "La Lechuza".

2) Obviamente el Dr. Perrotta no leyó mis trabajos ni tampoco Tiempo de Tango Nº 6 si pregunta por qué "no se dice que el testamento fue validado". Es tan elemental que la validación fue el centro de toda la polémica, que alcanzaría con decir que hay que leer Tiempo de Tango Nº 6, pag. 17 (artículo "El ‘Testamento’ Gardel" de Mirna Rugnon y Clemencia Guzmán).
LO QUE HABRÍA QUE PREGUNTAR ES
¿POR QUÉ FUE VALIDADO EN ARGENTINA Y URUGUAY?
En Argentina se vivía en plena "Década infame", donde según el historiador argentino José Luis Romero, junto a la muerte y tortura de militantes, obreros y estudiantes, la justicia fue pisoteada. Época pintada magistralmente por Discépolo en su tango "Cambalache", se dieron todas las circunstancias que mencionan Mirna Rugnon y Clemencia Guzmán. No se tuvo siquiera el pudor de aclarar cómo era posible que, si según lo decía la Partida de Defunción expedida en Medellín el 14 de diciembre de 1935, el muerto era CARLOS GARDEL, URUGUAYO, de 48 años (tal cual constaba en toda la documentación uruguaya, argentina e internacional y sin que hasta hoy jamás haya sido cuestionada en su legalidad en ningún acto administrativo alguno),
la sucesión que seguía estuviera a nombre de CHARLES ROMUALD GARDES, FRANCES, de 44 años, sin que coincida ningún dato.Y si es inconcebible se sostenga que "Carlos Gardel" era sólo un "seudónimo" cuando figura como "nombre" en toda su documentación. ¿Cómo? ¿En Argentina se otorgan cartas de ciudadanía con base en "seudónimos"? ¿Y Gardel adquiría casas, compraba terrenos, caballos de carrera, autos con un "seudónimo"? ¿Y con un "seudónimo" contraía hipotecas sobre sus bienes y firmaba contratos en el Río de la Plata? Fue suerte que también lo hiciera en Europa y EE.UU., para que no se pensara que en estas latitudes seguíamos viviendo en la era de las cavernas.

En Uruguay fue más grave. El Dr. Perrotta ignora que en este país los testamentos ológrafos son ilegales, el caso Gardel dio la razón— y mal pueden ser validados. Motivó un trámite sumamente engorroso que culminó con una reclamación fiscal por defraudación de impuestos, pero lo que no se advirtió fue que Defino introdujo un Certificado de Defunción Parroquial (que en Uruguay no es válido) donde fue adulterado el origen que mencionaba la Partida de Defunción legal, radicada en Medellín, y tal cual lo verificó hace poco el abogado Dr. Luciano Londoño López, en artículo publicado en El Colombiano (Medellín) y Tango y lunfardo (Buenos Aires).
Creo que eso se denomina "falsificación de documento público", pero como no soy jurista, no lo afirmo. De todos modos, interesa el hecho; no el nombre.
Lo interesante fue que quien puso de relieve el hecho fue la propia esposa de Defino, que en su libro “La Verdad de una vida” publicó inadvertidamente el facsímil del Certificado verdadero que inicialmente había sido expedido, y que Defino ocultó tan celosamente. Fue una de las tantas cosas censurables ocurridas y que denuncié en “Documentos para la historia” mediante la reproducción de facsímiles que cortan la respiración de quienes pretenden refutarlos.

3) La pericia caligráfica del testamento es meramente anecdótica. Ya en junio de 1985, en “Jaque” el Sr. Julio Bayce dijo algo que comparto: AÚN EN EL CASO HIPOTÉTICO DE QUE EL TESTAMENTO FUERA AUTÉNTICO, NO FUE VERAZ, que es lo que históricamente interesa. Si Gardel lo hizo para beneficiar a su cuidadora de infancia, sus razones tendría: tanto el Dr. Payssé como yo hemos sostenido que la relación entre ambos mejoró hacia el final, y así se ha escrito. Pero las gravísimas circunstancias que lo rodearon no permiten suponer que fuera auténtico, y si lo fue NADA CAMBIA.

No soy abogado, pero tengo primos que lo son y jamás escuché dentro de la terminología que usa el Dr. Perrotta en su defensa, y en materia jurídica, juicios como "demora meses", "cuesta dinero", "tramitaciones largas". Repito que soy profano, pero no me parecen argumentos de validez jurídica coma para defender una causa. Es más: me asombran.

4) Pedir un estudio antropológico de las fotos de los "dos Gardeles" ya lo hizo Erasmo Silva Cabrera ante la Policía uruguaya y él mismo confirmó sus sospechas. Pero me parece tan gratuito como reclamar la presencia de un experto en fútbol para determinar que "América" de Cali no es el mismo club que "Nacional" de Medellín. Alcanzaría con que en Tiempo de Tango
se publicaran las fotos de algunas de mis publicaciones, incluyendo los comentarios.
5) También aquí se tropieza con que el Dr. Perrotta pregunta sobre un tema dilucidado hasta el hartazgo. Bastaría que hubiera leído el tratamiento que he dado al tema de la ficha de
"Carlos Gardés" del Colegio San Carlos, y referido al inexplicable lugar dejado en blanco en el espacio reservado al LUGAR DE NACIMIENTO. Como una verdadera madre jamás puede ignorar dónde nació su hijo, el hecho merece dos interpretaciones:si era Carlitos, Berthe Gardes no puso el lugar pues era la condición impuesta en Tacuarembó cuando se le entregó el niño; si era Charles Romuald era porque desviaba los fondos que le enviaba el Coronel Escayola para Carlitos.
Lo que debería preguntar el Dr. Perrotta es por qué cuando en el
exp. 10052 de 8/10/1920 en el Consulado uruguayo, de Buenos Aires, Gardel hace su registro como uruguayo, dijo, bajo su firma, que su madre era MARÍA, URUGUAYA Y FALLECIDA, mientras Berthe era francesa y vivía. ¿Era tan inhumano el cantor que decapitaba innecesariamente a su madre en un trámite, donde esos datos son meros formulismos? ¿Dónde queda aquí el propagandeado amor de Gardel hacia doña Berthe? Pregunta difícil, en verdad.

En su Carta Valable de París de marzo de 1931, Gardel la vuelve a negar, pero como en Francia era "le chanteur argentin", si bien mantiene como siempre que su padre es "Carlos, uruguayo" su padre era el Coronel Carlos Escayola—, ahora su madre es "María Martínez, argentina". Y el episodio culmina con lo que fue su enrolamiento militar.
En 1923, Gardel ya tenía cierta fama (de 22 grabaciones que había hecho en 1921 pasa a 52 en 1923) y doña Berthe era presentada públicamente como su madre: al hacer su enrolamiento, la menciona entonces como BERTA GARDEL, promoviendo una lógica pregunta: si según el testamento "Gardel" era un "seudónimo" ¿en qué país del mundo los "seudónimos" se trasladan a la madre? El embrollo de esta presunta relación es tal, que ni con lentes de acero puede dejar de verse.

6) Si en Brasil se pregunta quién fue el mejor futbolista del mundo, la respuesta general será Pelé; si vamos a Buenos Aires, Maradona. Opinión que, me complace aclarar, comparto sin dudarlo.
Los argumentos de Bonano los leí en Clarín y son los trillados de siempre; los de Eva Franco, puedo imaginarlos. Si como dice nada menos que José Gobello (Tres Estudios Gardelianos, pag. 57), Gardel temía en Buenos Aires decir que era uruguayo, pues "se acababa la ‘fiesta’ para él" (textual) es muy fácil imaginar el resto. Cuando Gardel triunfó en sus actuaciones europeas y fue lanzado al estrellato fílmico, se acabaron tales temores y en octubre 1º, 4 y 25, en reportajes de los diarios La Tribuna, Imparcial y El Telégrafo dijo claramente que era uruguayo, nacido en Tacuarembó.

Pero hubo quienes no temieron: Julio de Caro, en papel membrete suyo y con su firma, aseguró, textualmente y con mayúsculas suyas: "Gardel es URUGUAYO y su nacimiento real está rodeado de un misterio".

Hugo del Carril le dijo a Gente (Buenos Aires, 27 de octubre de 1966): "A él (Gardel) lo crió esa mujer francesa que tampoco era su madre".
El flautista Pepe Guerriero (El Tango y su rebeldía, Buenos Aires, 1965) y el compositor Augusto Pedro Berto (reportaje de Enrique Pepe), declararon que Gardel les confesó que Berthe Gardes "era la mujer que lo había criado".
Ricardo A. Ostuni, en su imperdible libro Repatriación de Gardel (auspiciado por la Academia Nacional del Tango de Buenos Aires) demolió la tesis francesista, y el historiador argentino Horacio Vázquez Rial, Doctor en Geografía Humana y Licenciado en Historia Medieval (El observador, 24 de junio de 1998) fue más lejos:
"En Argentina nadie tolera que Gardel haya nacido en Uruguay".
La explicación de este sinsentido la dio Osvaldo Soriano, el escritor argentino más conocido de los últimos años y gran gardeliano. Es una revista argentina, La Maga, Nº 27, 1997, la que nos da a conocer lo que dijo a Héctor Olivera (director de La Patagonia rebelde) poco antes de morir: "El Mudo nació en Tacuarembó y los argentinos que se niegan a aceptarlo es porque lo toman con la misma rivalidad rioplatense que si se tratara de un campeonato de fútbol". Más claro, imposible. Ya antes, en Página 12 (29 de enero de 1995) demostró su antichovinismo: "... ahora (con Gardel uruguayo)
todos somos un poco más orientales que antes".
En consecuencia, si el historiador argentino Horacio Vázquez Rial, dice que "en Argentina nadie tolera que Gardel sea uruguayo", el lector apreciará que
por cada Bonano o Eva Franco "que toman el tema con la misma rivalidad rioplatense que si se tratara de un campeonato de fútbol", como dice Osvaldo Soriano, también argentino, están los Julio de Caro, Hugo del Carril, Pepe Guerriero, Augusto Pedro Berto, los cuatro argentinos, que los rebaten.Hoy que Argentina brilla en el estrellato mundial del fútbol, mientras en Uruguay sólo se juega algo parecido al fútbol, podrían terminar de una vez estos pleitos de barrio entre dos países hermanos.

La tesis francesista, aún aceptándole la "leyenda del desertor" (en una de sus 16 versiones diferentes [sic]) con un incomprensible Gardel que se agregaría (¡) años, al documentarse nacido en 1887 si en verdad era de 1890, debería por ejemplo explicar, por qué al festejar su
cumpleaños en París (Manuel Sofovich, Noticias Gráficas, Buenos Aires 9 de septiembre de 1953) se agregó, no ya los tres del documento, sino seis (¡!) al declarar 49 años; o por qué para su contrato en New York (Hugo Mariani, director de la NBC, Clarín Buenos Aires, 24 de junio de 1949) se agregó, tampoco los tres del documento, sino siete (¡!). Y no sigo con ejemplos análogos de Cátulo Castillo, Terig Tucci, Isabel del Valle, Pancho Martino, etc., para no hacer cundir el desánimo, cuando verifiquen el imposible 1890. Guste o no, es así.

En cuanto a ‘enfrentamientos’, jamás los evité y he disertado por invitación— en la Universidad del Tango de Buenos Aires, así como en Bruselas, Bogotá, Medellín, Madrid, Quito y Lima. Y participé en los dos congresos Mundiales Gardelianos de Cuba y México, donde no tuve el gusto de encontrar a Bonano, Evita Franco ni al Dr. Carlos Perrotta. Y fueron lugares ideales para enfrentamientos."

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Los únicos estudios antropológicos que se conocen realizados sobre las fotografías infantiles de Garlos Gardel y de Charles Romuald Gardes fueron realizados a solicitud de investigadores uruguayistas.(*)


a) Los del comisario (durante 30 años) de la Policía Federal de Argentina, Sr Juan b. Gaffuri, quien estableció:
“Uno, el del cuadro ovalado, es de tez pálida, cráneo ovoide, labios finos y cabellos y orejas distintos a los del otro. El del núcleo, cara y cabeza bombé, labios gruesos. Desemejanza en las barbillas, ya que una es puntiaguda y la otra de forma oval.”
Termina el peritaje estableciendo:
“Por los rasgos que presentan los niños, podemos afirmar que se trata de dos personas distintas.


b) El Diario “El País” de Montevideo” el 24 de Junio de 2002 en un suplemento titulado “La ciencia avalando la historia”, publica un Estudio Antropológico Forense realizado por el Licenciado Horacio E. Solla (técnico del Instituto Técnico Forense de Uruguay y Miembro del American College of Forensic Examiners) sobre las dos fotos anteriormente mencionadas con el siguiente resultado:
1) El niño de la foto oval presenta una cara de forma oval (según Pöch, en Comas 1976, p.283), barbilla fina (mentón), labios relativamente gruesos (Martin-Saller, 1957), nariz fina y algo pronunciada.


2) El niño de la foto nº 2 presenta una cara de forma redondeada, mentón redondeado , labios de espesor medio y su nariz es de un ancho medio (alar-alar) y corta (nasión-subnasal).


Los estudios comparativos de superposiciones digitalizadas, cortes sagitales y diversas mezclas de ambas fotos realizados señalan la no existencia de coincidencias fisonómicas significativas entre el niño del retrato nº 1 y el niño del retrato nº 2, vale decir, son dos niños diferentes."
La primera y tercera fotografía corresponden a Carlos Gardel, la del centro es de Charles Romuald Gardes. Con mirar la diferencia de amplitud de la frente de uno u otro niño ya está todo dicho.




(*)Información enviada por la Sra Martina Iñiguez el 25 de agosto de 2009